Ya sólo por el nombre de la ciudad
merece la pena venir, pero si además te reciben Isa y Carlos, el éxito del viaje
está asegurado. Su experiencia en el terreno nos ha servido para comprender
mejor el tráfico de migrantes en los pasos fronterizos. En ellos la policía de
ambos países (Guatemala y México) mira hacia otro lado desde lo alto de un
puente mientras los migrantes cruzan el río andando o en barcas hechas con
cámaras de ruedas de camión. Resulta paradójico que exista una aduana desde la
que se ve y permite el paso de personas de esa forma. Tanto Tapachula como los
pueblos de alrededor ofrecen ayuda legal a los migrantes, siendo en muchos
casos refugiados. Hoy nos han explicado la diferencia: Migrante es el que
cambia de residencia para mejorar su vida, mientras que el refugiado huye, ya
que su gobierno no puede garantizar su seguridad (maras, tráfico de persona,
etc.) y deben abandonar su hogar para no morir. Lo que nos lleva a preguntarnos
¿Cómo se diferencia un migrante de un refugiado? Para ser acogido como
refugiado necesitas reunir ciertos requisitos y tener pruebas de por qué huyes.
Cosa difícil en muchos casos. Pero ahí es donde entran SJM y SJR para ayudar a
estas personas en el proceso para conseguir una residencia en el país o para
continuar su viaje a Estados Unidos. Sea cual sea su meta, ellos contribuyen
con su granito de arena.
Continuamos nuestro viaje sabiendo
un poquito más sobre el tema que estamos documentando y sintiendo que esta
realidad es casi inabarcable.
P.D.Tenemos que hacer una mención
especial a la barbacoa de borrego que hemos tomado en “Los Laureles”,
probablemente soñaremos con ella.
Cuándo seremos capaces de mirar de frente toda esta realidad y no volver la cabeza y pasar de largo?
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