domingo, 6 de agosto de 2017

¡Ya estamos en Ciudad de México!



Ver amanecer desde la treceava planta del barrio más alto de la ciudad no tiene palabras. El tío de Poncho nos ha acogido en su casa y la verdad que no podríamos tener mejor anfitrión. Eso y la comida con TODA la familia repleta de garnachas (comida para tomar con los dedos y chuparte hasta los codos) horchata de arroz y agua de Jamaica (apuntad lo del agua de Jamaica porque es deliciosa) y buena charla. 

Después de desayunar tamales hemos paseado por el mercado de Coyoacán con el primo de Poncho  y su mujer que nos han llevado a recorrer el centro, el Jardín del Arte y la Ciudadela, pasando por la plaza de toros más grande del mundo. Ahí es nada. 

Hemos comenzado también un diccionario mexicano-español porque la comunicación a veces se hace difícil. Ya sabemos hacer algo a chaleco y jalar las puertas.

Nuestra misión de hoy era mantenernos despiertos y ya estamos casi a las nueve de la noche… ¡Prueba superada!


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